Prepárate para superar el reto del NaNoWriMo 2014

¡Solo quedan 2 semanas para que comience el evento que escritores de todo el mundo estamos esperando!

¡BIEEEEEEEEEN! 😀

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UN MOMENTO: ¿Que no sabes de qué te estoy hablando?

¡Pues empecemos por el principio!

 

¿Qué es eso de NaNoWriMo?

El National Novel Writing Month es un evento internacional que tiene lugar en noviembre e invita a escritores aficionados de todo el mundo a unirse al reto de escribir una novela de 50 000 palabras, en el idioma que quieras, durante los 30 días que dura este mes (es decir, una media de 1667 palabras diarias).

Es posible que te estén entrando sudores fríos al ver unas cifras tan redondas, pero el caso es que se puede: el hecho de que el número de participantes haya ido in crescendo desde que Chris Baty fundara NaNoWriMo en 1999 es prueba de ello.

Vale, dices que se puede. ¿Cuál es el truco?

No, no se trata de tener una voluntad de hierro. Una voluntad de sodio también vale, y eso que es un metal más bien blandurrio, porque NaNoWriMo la combina con 3 elementos motivadores que forman una aleación (casi) indestructible:

1. COMPAÑÍA: NaNoWriMo te ofrece la opción de visitar los perfiles de otros usuarios, conocer información sobre sus novelas, mandarles mensajes y agregarlos como amigos. 

2. CONSEJOS: Hay mentores o coach que te ofrecerán ayuda y te insuflarán ánimos a lo largo del trayecto. En este enlace podrás encontrar una serie de artículos preparados por ellos para que empieces la maratón novelera en las mejores condiciones. Además, en el Twitter de NaNoWriMo y a través de las etiquetas #NaNoWriMo2014 y #NaNoCoach hallarás inspiración diaria.

3. DISFRUTE: No hay que escribir una novela perfecta, solo un primer borrador de la misma. Puede que tu historia parezca una red de naranjas de la cantidad de agujeros que tiene, o que escribas las escenas en total desorden, o que no sepas muy bien hacia dónde te conduce cada párrafo, pero eso no es un problema en NaNoWriMo. El objetivo es pasarlo bien y escribir 50 000 palabras. Ya tendrás tiempo de pulir tu trabajo durante la revisión. 

Pero entonces, ¿no tengo que planificar lo que voy a escribir antes de lanzarme a esta locura?

Puedes, pero no tienes por qué. De hecho, el fundador de NaNoWriMo arrancó la primera edición sin tener ni idea del rumbo que iba a tomar su historia, y al final la trama fue emergiendo por sí misma. Para saber más, échale un ojo a su libro No Plot? No Problem, a la venta en Amazon.

Y si soy de planificar, ¿qué?

Si prefieres preparar un esquema previo a tu historia, organizar las escenas y los capítulos y perfilar los personajes que la componen, te recomiendo este artículo del blog Literautas en el que te ofrecen consejos muy útiles sobre cómo hacerlo.

¿Hay un término medio entre planificar y no hacerlo?

Sí, siempre puedes planificar la estructura, pero no el contenido. Me explico: si sabes que vas a escribir 50 000 palabras, puedes decidir qué proporción de las mismas formará parte del planteamiento, del nudo y del desenlace. También puedes dividir tu historia en capítulos para que el reparto te resulte más sencillo.

Otra buena idea es tomar un esquema argumental conocido y adaptarlo a tu historia. Por ejemplo, tu personaje principal puede tener un objetivo pero tener que superar una serie de pruebas para lograrlo. Es lo que ocurre en Maldito karma, de David Safier: para compensar el mal realizado en su vida terrenal, la protagonista ha de pasar por distintas reencarnaciones.

Si quieres saber más sobre este tema, puedes leer 20 Master Plots (And How To Build Them).

Ay, pero, es que lo estoy viendo, que me voy a bloquear… ¿Qué pasa si me bloqueo?

Si te bloqueas por el camino, lo cual es muy humano en una ruta maratoniana, te recomiendo las carreteras secundarias: imagina que terminas una escena y no tienes ni idea de por dónde seguir.

En ese caso, añade estos mágicos corchetes: [NO SÉ POR DÓNDE SEGUIR, YA LO REANUDARÉ], y pasa a una escena que conozcas, o describe más a fondo al personaje, o desvaría en un cuaderno sobre posibles soluciones para tu historia, o descansa y luego vuelve al teclado.

Otro truco para evitar estas incómodas situaciones de bloqueo es parar de escribir en mitad de una escena. Te resultará frustrante, pero tu cerebro sabrá por dónde continuar al día siguiente, y eso te servirá como calentamiento para seguir encadenando palabras. 

Si necesitas una mayor seguridad, el NaNoWrimo Workbook, de Fiction Attic Press, contiene múltiples propuestas inspiradoras relacionadas con tu novela para que siempre tengas algo sobre lo que escribir. 

 ¿Y si un día (o dos, o tres) no cumplo?

No te preocupes, que nadie te va a detener por incumplimiento de la ley. Al fin y al cabo, no todos los días son iguales y son múltiples las razones (cansancio, falta de tiempo, desmotivación) que te pueden llevar a no alcanzar tus objetivos. 

Si por lo que sea te quedas rezagado, no te sientas culpable, ni pienses que por haber fallado una vez en tu propósito ya no vale la pena continuar. Créeme: es mucho mejor proseguir y tardar más de lo previsto en alcanzar la meta que echar el freno a causa de un exceso de perfeccionismo. Si todavía no te he convencido, lee este artículo del blog Homo Minimus sobre la importancia de hacer honor a la intención. 

¿Pero no hay ninguna herramienta que me pueda ayudar a  cumplir con el reto?

Como dirían los gallegos, «haberlas, haylas». En un anterior artículo hablé de Writeometer, una aplicación gratuita para Android que se combina con la técnica Pomodoro y te permite llevar un registro del número de palabras que has escrito, de cuántas de faltan para acabar y de la media diaria que tendrías que mantener si quieres llegar a la meta (esto va muy bien si un día no has podido cumplir con tu objetivo o si, por el contrario, has escrito más de lo previsto).

También te recomiendo Write Attack, un editor de texto gratuito que no te permite guardar tu trabajo si no escribes la cantidad de palabras prevista en el tiempo que te has programado. Esto viene de perlas para que escribas sí o sí. 😀 

Desde NaNoWriMo ofrecen trucos como el de «los frenéticos 500», que consiste en escribir 500 palabras a primera hora de la mañana. Así, luego te resultará más fácil escribir las 1000 restantes a lo largo del día.

Yo te recomiendo, además, escribir todo lo rápido que puedas. Céntrate en la historia y visualiza la escena que están construyendo tus dedos sobre el teclado o tu bolígrafo sobre el cuaderno, pero no te detengas a pensar (siempre puedes realizar un bombardeo de ideas en una hoja aparte antes de iniciar tu sesión de escritura, o al término de la misma).

La idea es que alcances un estado de concentración tal que las palabras fluyan como si tuvieran vida propia. Para conseguirlo, la música puede ser una gran aliada, sobre todo si se trata de música instrumental (evita que tenga letra o que sea demasiado machacona si eso te distrae). 

¿Y si nada de esto funciona?

Entonces, solo significará que el reto no se ajusta a tus ritmos y necesidades. Tal vez la cantidad de palabras impuesta era excesiva, o quizá tu historia no se ajustaba a los parámetros de una novela. Pero de todo se aprende: habrás probado una nueva forma de abordar el proceso de escritura, y seguramente habrás descubierto que la perseverancia, acompañada de toneladas de motivación, ayuda y compañerismo, te permite asumir tareas exigentes a largo plazo. 

¿Y tú, autora de este blog, vas a participar en la edición de 2014?

¡Por supuesto! Quiero poner en práctica todos los consejos que he recopilado en los últimos dos años. De hecho, podrás comprobar que ya tengo puesta la insignia en la parte izquierda de mi blog. 😀 ¿Te atreves a hacer lo mismo que yo?