¡Hola, amante de las palabras! 🙂
Es posible que, al igual que yo, acabes de sobrevivir a la primera semana del NaNoWriMo.
¿Qué tal la experiencia? ¿Cómo te sientes? ¿Te gusta tu historia, o estás perdiendo el interés en ella? ¿Te cuesta ponerte, o estás deseando lanzarte a escribir? ¿Te sientes a gusto con el ritmo adquirido? ¿Buscas el apoyo de otros participantes, o prefieres ir más a tu aire? ¿Usas el teclado, o el boli? ¿Escribes a diario, o no tienes una rutina establecida? ¿Tratas de llegar a la media de 1667 palabras diarias? ¿Cómo de largas son tus sesiones? ¿Te has pegado algún atracón de escritura? ¿Tienes el argumento planificado, o prefieres que las ideas vayan viniendo a ti? ¿Estás escribiendo una historia de ficción o te has pasado tú también al modo rebelde?
Como puedes ver, son muchas las preguntas a las que puedes ir dando respuesta a medida que el reto avanza, y eso es bueno porque te permite conocer tu manera de trabajar e ir haciendo los ajustes necesarios sobre la marcha.
Por mi parte, la experiencia está volviendo a ser positiva, y estoy siendo capaz de compaginarla con mi trabajo y con mis aficiones. No he escrito todos los días, pero estoy procurando no quedar ningún día por debajo del objetivo diario que fija la web. Esto supone un pequeño acicate para darle continuidad al proyecto y no dejarlo aparcado durante demasiado tiempo (puedes ver cómo voy en la parte superior de la columna derecha de este blog).
En cuanto a las sesiones de escritura, suelen rondar la hora, y la mayoría de las veces interrumpo el trabajo para ver cuánto he avanzado, aunque cuando más a gusto he estado es cuando he tecleado más de media hora seguida sin pararme a comprobar cómo iba el contador de palabras (para esto es muy útil recurrir a la técnica Pomodoro a través de aplicaciones como esta).
Por último, me está ayudando mucho escribir a buena velocidad (unas 500 palabras en 10 minutos). Como lo que quiero es tener listo el borrador del texto y pulir después, puedo permitirme correr, y eso me ayuda a concentrarme mejor en lo que escribo y a avanzar mucho en poco tiempo. La desventaja de esta técnica es que resulta muy cansada y que no podría sostener ese ritmo frenético durante más de dos horas seguidas por el bien de mis pobres manos.
De todos modos, ese es el método que me funciona a mí. ¿Cuál te funciona a ti? Estoy deseando que me lo cuentes en la sección de comentarios o mandándome un e-mail a iraidetalavera@gmail.com.