VIDA CREATIVA

Tu «yo» del espejo

¡Hola, amante de las palabras!

Hoy quiero hacerte una propuesta que dé rienda suelta a tu creatividad, y se me ha ocurrido que describas al personaje que habita al otro lado del espejo, ese que tanto se parece a ti… ¡Pero a la inversa!

Su nombre también es el tuyo del revés, y en su mundo todo está un poco patas arriba y los objetos funcionan de manera un poco enrevesada. Mi alter ego, por ejemplo, se llama Ediari (el reverso de Iraide) pero le gusta que la llamen E-Diary porque guarda sus pensamientos en un diario electrónico. 

Su blog se llama «Sitirbalap Aduga» y, en lugar de dar consejos de escritura y hacer propuestas creativas como hago yo en «Palabritis Aguda», le gusta proponer despropósitos y habla de todo lo que podrías estar haciendo en lugar de escribir. ¡Es una rebelde! 😉

Y tu alter ego, ¿cómo es? Para afinar tu descripción y dar rienda suelta a tu imaginación, te lanzo una serie de preguntas que podrías tener en consideración:

¿Con qué sueña? ¿Qué palabras le gustan? ¿Cómo es su casa? ¿Cómo viste? ¿Cómo se llama? ¿Qué aficiones tiene? ¿Cuál es su profesión? ¿Con quién vive? ¿Qué le hace reír? ¿Cuál es su relación contigo?

¡Feliz escritura! 🙂 

CONSEJOS DE ESCRITURA, TALLER DE ESCRITURA

Taller de escritura: Las ideas

¡Hola, amante de las palabras!

La propuesta de escritura de hoy tiene por tema las ideas, esos tesoros de la inspiración que nos ayudan a crear magníficos artículos o historias.

Hoy ellas quieren ser las protagonistas de tu relato, así que habrá que permitírselo para empezar el año con buen pie.

Como siempre, te traigo una serie de sugerencias para alimentar a tus musas:

  1. Tu protagonista tiene una idea que no quiere compartir con nadie: ¿Qué se le habrá ocurrido? ¿Por qué tanto secretismo? ¿A quién afecta esa idea? ¿Pretenderá cometer alguna fechoría?
  2. Tu personaje principal nunca tiene ideas, y las necesita con urgencia: ¿Qué hará para resolver este problemilla? ¿Le saldrá bien?
  3. Tu protagonista ha concebido una idea malísima o absurda, que sin embargo se aplaudida por los demás: ¿De qué idea se trata? ¿A qué se debe tan magnífico resultado?
  4. Tu héroe ha tenido una idea magnífica: ¿Tiene una buena acogida? ¿Qué consecuencias acarrea?
  5. Tu personaje tiene “ideatitis aguda”: No para de producir ideas y no le da tiempo a analizarlas. ¿Cómo cura esta locura?
  6. Las ideas de tu protagonista cobran forma, se hacen materiales: ¿Cómo son? ¿Qué hace con ellas?
  7. Las ideas pululan por el mundo pero buscan una mente que las acoja: ¿Qué hacen para llamar su atención?

Hasta aquí mi lista de ideas, valga la redundancia. Puedes usarla si te apetece o recurrir a tus ocurrencias. En cualquier caso, ¡feliz escritura! 🙂

CONSEJOS DE ESCRITURA

3 lecciones clave de 2015

¡Hola, amante de las palabras!

Antes que nada, ¡feliz 2016! Espero que hayas tenido una magnífica entrada de año.

Por mi parte, estoy encantada de poder continuar palabreando junto a ti, y, para celebrarlo, quiero compartir contigo 3 lecciones que he aprendido a lo largo de 2015 y que pienso aplicar durante estos próximos doce meses.

El poder de la observación: Me encanta mirar a mi alrededor y darme cuenta de detalles cotidianos que podrían constituir el germen de un artículo, de un poema o de un relato.

Ha habido rachas en las que los he apuntado en un cuaderno, práctica que quiero afianzar porque me agrada mucho. A Writer’s Notebook, de Ralph Fletcher, fue el libro que me inspiró a llevarla a cabo. Hablaré de él con más profundidad en otro artículo.

La magia de crear una historia al día: Story A Day fue un reto divertido que me ayudó a generar y elaborar ideas a gran velocidad. Tener que escribir todos los días del mes de mayo el borrador de un cuento rebajó mi nivel de exigencia e hizo que acabara lo que había empezado y que las ocurrencias surgieran con más fluidez.

No todo lo que produje durante aquellos 31 días me gustó, pero hubo relatos con los que quedé muy contenta, y el hecho de que las consignas fueran muy variadas me ayudó a salir de mi zona de confort, por muy manida que suene esta expresión.

La necesidad de tener ideas en abundancia: Si me dices que escriba un relato sobre una casa, en seguida se me ocurrirán 100 maneras de abordarlo, pero de las 100 solo me convencerán 30 y como mucho 10 serán susceptibles de convertirse en una narración.

Con ello quiero decir que para crear textos originales es bueno ser exhaustivo en la búsqueda (con un límite, claro está, que si no nunca la daríamos por concluida), explorar un tema desde distintos puntos de vista y saber elegir aquellas ideas que sean jugosas y que den juego. 

Escribiré más a este respecto, pero de momento te aconsejo que leas este artículo sobre la importancia de tu brújula interior. Ella te indicará el camino a seguir.

¡Que 2016 nos salga tan palabrero como el año que le precede!

CONSEJOS DE ESCRITURA

6 tareas para ser una máquina de fabricar ideas

Uno de los regalos más bonitos que podemos hacernos es dejar libres a nuestras ideas: permitir que dialoguen entre sí, que se enreden y den lugar a asociaciones nuevas sin controlar demasiado el hilo de nuestros pensamientos.

Esto es de gran utilidad para los escritores, que además de incubar en nuestra mollera las tareas pendientes, las preocupaciones existenciales o los eventos de la jornada, también guardamos como oro en paño el argumento de una historia, el chiste que abrirá un monólogo, los rasgos de un personaje o la estructura de un poema.

La inspiración debe pillarte trabajando, sí, pero trabajar no solo consiste en enlazar palabras sobre el papel. También se extiende a otras actividades que, aunque sean pasivas en apariencia, gozan de un gran potencial creativo. He aquí una lista de las mismas (¡sírvete de ellas en la cantidad que a ti te apetezca!):

1. Pasear: Si optas por los paseos en soledad, te unes a las filas de muchos escritores y artistas que abogaban por el rítmico andar o por el vagar sin rumbo mientras a su paso absorbían impresiones visuales y acústicas.

La verdad es que las caminatas son un recurso fantástico que, además, puede tener lugar en entornos preciosos: parques, avenidas iluminadas por las luces de Navidad, playas, pueblos pintorescos… Tú decides el “cómo” y el “dónde”.

2. Sentarse en un banco: En ocasiones, esta acción suele ser un premio después de haber caminado mucho, ¡y bienvenida sea, sobre todo si va acompañada de un paquete de pipas!

Los bancos públicos, además de proporcionar descanso, nos convierten en espectadores cotillas del teatro cotidiano. Observamos al perrillo que corre alrededor de su dueño, a la chica que pasa a toda velocidad en bici, al niño que se cuelga de la mano de sus padres, a la cuadrilla de amigos que van soltando carcajadas… Además, nos permiten reflexionar de forma relajada mientras, a nuestro alrededor, el mundo se mueve.

Te recomiendo, por cierto, tener un cuaderno a mano por si descubres elementos (una frase, un sonido, una impresión visual) que puedan nutrir tus historias.

3. Ducharse: Los científicos deberían hacer un estudio sobre el poder de las duchas para abducir a quien entra en ellas. Por mucho que tengas la idea de que en diez minutos vas a estar fuera, una vez a remojo pierdes la noción del espacio y del tiempo. Eso les viene muy bien a las ideas que tenías enmarañadas en tus redes neuronales. Bajo el efecto del agua, se desinhiben y ves todo mucho más claro.

4. Fregar los platos: Cualquier tarea repetitiva ayuda a que la mente viaje lejos mientras las manos hacen su trabajo, así que, si te toca fregar, piensa que es por el bien de tu imaginación, que va a poder vagar a sus anchas (si tienes lavavajillas, opta por otra actividad que te guste más: ¿qué tal el punto, o los puzles?).

5. Mirar por la ventana (y si es con un buen café o té en la mano, mejor): La ventana es un palco desde el que asomarnos al mundo. A mí me gusta mucho hacerlo, ya sea para tomar el aire o para contemplar el trasiego de la calle, sobre todo cuando es de noche y casi todas las luces del vecindario están apagadas. Suele ayudarme a quedarme absorta en mis pensamientos. J

6. Tumbarse en la cama: Los momentos previos y posteriores al sueño son geniales para hacerte preguntas sobre tus proyectos artísticos y dejar que tus ideas vayan y vengan en un estado de duermevela. Además, soñar despierto mantiene a raya las preocupaciones “quitasueños”.

También está muy bien tumbarse en la cama o en el sofá a cualquier hora del día, y dedicar un rato a la vida contemplativa (es decir, a no hacer nada). En una sociedad tan obsesionada con la productividad nos hemos olvidado de las pausas nos ayudan a reflexionar, a darnos cuenta de que el mundo no se acaba si posponemos un poco nuestras obligaciones.

En resumen, cuando permites que tu cerebro deje de estar reconcentrado en la búsqueda obsesiva de soluciones, las ideas se acercarán a ti como polillas atraídas por la luz y querrán jugar unas con otras, plantear hipótesis imposibles y ayudarte a mirar el mundo con ojos renovados.

Por cierto, ¡aprovecho este artículo para desearte una muy feliz Nochebuena y una hermosa Navidad! 😀

TALLER DE ESCRITURA

El juego de los 50 símiles

¡Hola, amante de las palabras!

Seguro que tú también estás hasta el gorro de oír frases de este tipo: «sus ojos eran negros como el carbón», «sus dientes eran blancos como perlas», «era largo como un día sin pan»…

De tan manidas pierden su encanto, ¿verdad? Las comparaciones son odiosas, sobre todo si se repiten como el ajo (otra expresión típica).

Por eso, hoy te propongo crear símiles un poco más originales que los que he mencionado. ¿Te animas?

Para ello, te voy a proponer 10 inicios, y tu misión es encontrar 5 finales… ¡Para cada uno de ellos! Así, lograrás un total de 50 comparaciones.

Es probable que al principio se te ocurran las respuestas más evidentes, pero después tendrás que estrujarte la mollera para dar con aquellas que se salgan del esquema habitual. ¿Qué te parece?

Aquí van mis principios:

  1. «Estaba tan mareado como…» (Sugerencia: «…el agua que se escurre por el desagüe»).
  2. «Estaba tan cansada como…» (Sugerencia: «…la suela de un zapato»)
  3. «Era tan lista como…» (Sugerencia: «…una bolsa biodegradable»)
  4. «Era tan valiente como…» (Sugerencia: «…la primavera en el Ártico»)
  5. «Era tan veloz como…» (Sugerencia: «…el gasto por Navidad»)
  6. «Era tan lento como…» (Sugerencia: «…la digestión del día de Año Nuevo»)
  7. «Era tan sonriente como…» (Sugerencia: «…una rodaja de sandía»)
  8. «Era tan despistada como…» (Sugerencia: «…un semáforo que no funciona»)
  9. «Era tan exigente como…» (Sugerencia: «…una señal de STOP»)
  10. «Era tan sorprendente como…» (Sugerencia: «…un día bisiesto»)

Si quieres, puedes escribir tus ocurrencias en la sección de comentarios.

¡Feliz palabreo! 😀

VIDA CREATIVA

Un calendario inventado

¡Hola, amante de las palabras!

Hoy estreno una sección titulada «Vida creativa», en la que te propondré ejercicios con los que estimular tu ingenio y expandir tu imaginación, dos cualidades muy útiles no solo para quienes nos dedicamos al noble arte de encadenar palabras, sino para cualquier persona que quiera abordar un proyecto personal o profesional de manera novedosa. 🙂 

Mi propuesta de hoy es que te inventes un calendario. Ya tenemos muy visto ese que empieza en enero y termina en diciembre y tiene un bisiesto cada cuatro años, así que… ¿Por qué no crear otro que se adapte a tus gustos? 

Calendario

He aquí una serie de preguntas para alimentar tu lluvia de ideas:

  • ¿Cuánto tiempo abarca tu calendario?
  • ¿Está dividido en partes (estaciones, meses, ciclos lunares…)?
  • ¿Cómo se llaman dichas partes? 
  • ¿Hay días festivos? ¿Cuáles?
  • ¿Qué festividades hay?
  • ¿Es un calendario compartido, o solo se aplica en algún lugar concreto o en una profesión concreta?
  • ¿Quién creó ese calendario?
  • ¿Cuándo se creó?
  • ¿Dónde se creó?
  • ¿Es un calendario regular, o caótico? 
  • ¿Qué ocurre el primer día del calendario? ¿Y el último?
  • ¡Seguro que a ti se te ocurren más preguntas!

Si después de explorar todas las posibilidades que te vengan a la cabeza das con un calendario que te gustaría compartir, puedes escribir sobre él en tu blog y dejar un enlace en la sección de comentarios de este artículo.

Y, si te animas, ¡hasta puedes confeccionarlo y colgar tu propio almanaque en la pared! 😀

CONSEJOS DE ESCRITURA, NANOWRIMO

Mi experiencia con el NaNoWriMo 2015

¡Hola, amante de las palabras!

Antes que nada, pedirte disculpas por mi ausencia durante estas semanas. He pasado el mes de noviembre dando vueltas a distintos proyectos  y he descuidado la rutina semanal de escribir un artículo aquí. 

Además de eso, ¡he superado el reto del NaNoWriMo por segunda vez consecutiva! Estoy muy contenta, aunque he de reconocer que este año el proceso ha sido un poco raro. En lugar de escribir un número homogéneo de palabras por día, ha habido muchos días durante los cuales no he escrito nada, ¡y un par de días en los que he superado las 10.000 palabras (y he acabado con las muñecas hechas polvo)!

¿Por qué he escrito de esta manera?

Supongo que, por un lado, el NaNoWriMo ya no era una novedad para mí y, por ello, no me generaba tanto entusiasmo como en 2014.

Por otro, andaba barajando otros posibles proyectos y tenía ganas de dedicarme a mis otras aficiones (dibujar, hacer manualidades, tocar el piano…), así que no le he dado demasiada prioridad

Debo añadir que confiaba en mi capacidad de teclear a toda velocidad y cumplir el reto a tiempo. Además, me hacía ilusión saber cuántas palabras podía escribir en un día. 😀 

Por suerte, el contenido de la novela me motivaba lo suficiente para continuar, hasta el punto de que los dos días que no hice otra cosa que escribir me costaba despegarme del ordenador porque la narración me había absorbido por completo.

Writing frenzy

¿Qué he aprendido de la experiencia?

He descubierto que las prioridades varían. Puede que un año te encante tu historia y quieras dedicarte a ella en exclusiva durante el mes de noviembre, y que otro te pille con el ánimo más disperso y prefieras compaginarla con otros proyectos y hobbies.

Por otro lado, me he dado cuenta de que cada uno tiene su manera de organizarse y de que todas son perfectamente lícitas. Puedes escribir el borrador a pequeños incrementos y no fallar ni un día, o pegarte atracones cuando la fecha límite se acerca, y obtener el mismo resultado (la segunda opción es más difícil en la fase de revisión por el nivel de concentración que supone).

Para finalizar, he llegado a cuestionarme la necesidad de imponerme fechas límite para la consecución de un proyecto de escritura (o de cualquier otro tipo). Si bien te pueden servir de acicate para terminar una actividad que tenías aparcada, también pueden resultar agobiantes si en el camino surgen otras obligaciones u oportunidades con las que no habías contado.

Dicho esto, estoy muy contenta de haber vuelto a ser parte de la aventura «nanowrimera». 😀 

Y tú, ¿has participado este año? ¿Has llegado a las 50.000 palabras? ¿Qué has sacado de la experiencia? ¡Estaré encantada de leer tus comentarios!

CONSEJOS DE ESCRITURA, NANOWRIMO

Primera semana NaNoWriMera

¡Hola, amante de las palabras! 🙂

Es posible que, al igual que yo, acabes de sobrevivir a la primera semana del NaNoWriMo

¿Qué tal la experiencia? ¿Cómo te sientes? ¿Te gusta tu historia, o estás perdiendo el interés en ella? ¿Te cuesta ponerte, o estás deseando lanzarte a escribir? ¿Te sientes a gusto con el ritmo adquirido? ¿Buscas el apoyo de otros participantes, o prefieres ir más a tu aire? ¿Usas el teclado, o el boli? ¿Escribes a diario, o no tienes una rutina establecida? ¿Tratas de llegar a la media de 1667 palabras diarias? ¿Cómo de largas son tus sesiones? ¿Te has pegado algún atracón de escritura? ¿Tienes el argumento planificado, o prefieres que las ideas vayan viniendo a ti? ¿Estás escribiendo una historia de ficción o te has pasado tú también al modo rebelde?

Como puedes ver, son muchas las preguntas a las que puedes ir dando respuesta a medida que el reto avanza, y eso es bueno porque te permite conocer tu manera de trabajar e ir haciendo los ajustes necesarios sobre la marcha. 

Por mi parte, la experiencia está volviendo a ser positiva, y estoy siendo capaz de compaginarla con mi trabajo y con mis aficiones. No he escrito todos los días, pero estoy procurando no quedar ningún día por debajo del objetivo diario que fija la web.  Esto supone un pequeño acicate para darle continuidad al proyecto y no dejarlo aparcado durante demasiado tiempo (puedes ver cómo voy en la parte superior de la columna derecha de este blog). 

En cuanto a las sesiones de escritura, suelen rondar la hora, y la mayoría de las veces interrumpo el trabajo para ver cuánto he avanzado, aunque cuando más a gusto he estado es cuando he tecleado más de media hora seguida sin pararme a comprobar cómo iba el contador de palabras (para esto es muy útil recurrir a la técnica Pomodoro a través de aplicaciones como esta). 

Por último, me está ayudando mucho escribir a buena velocidad (unas 500 palabras en 10 minutos). Como lo que quiero es tener listo el borrador del texto y pulir después, puedo permitirme correr, y eso me ayuda a concentrarme mejor en lo que escribo y a avanzar mucho en poco tiempo. La desventaja de esta técnica es que resulta muy cansada y que no podría sostener ese ritmo frenético durante más de dos horas seguidas por el bien de mis pobres manos. 

De todos modos, ese es el método que me funciona a mí. ¿Cuál te funciona a ti? Estoy deseando que me lo cuentes en la sección de comentarios o mandándome un e-mail a iraidetalavera@gmail.com

NANOWRIMO

Un NaNoWriMo rebelde

Sí señor, lo confieso. He incumplido las normas. He cambiado de idea, mi brújula interna me lo ha pedido en el último momento. Y estoy encantada.

Este año, me he unido a las filas de los NaNoWriMos rebeldes, aquellos que en lugar de una novela vamos a escribir otro proyecto diferente. Algunos optan por ensayos, los habrá que se planteen desarrollar su tesis doctoral y quienes decidan sumar 50.000 palabras a base de borradores de artículos blogueros. Todas  ellas son opciones loables, pero la que más me ha atraído es la de la autobiografía

No sé por qué, fue leer la opción autobiográfica en los foros del NaNoWriMo y apetecerme como cuando te entran ganas de comprar gominolas antes de entrar al cine. Claro, que antes tuve qué pensar cómo organizarla, qué tono darle, y demás. Al final, me he decantado por las gominolas de pica-pica la autobiografía en clave humorística. Me ha parecido que esta alternativa podría ser un gustazo por las siguientes razones:

  1. No requiere de planificación previa porque me conozco el argumento de memoria.
  2. Me va a costar poco esfuerzo escribirla.
  3. Me va a permitir rescatar recuerdos de las cajoneras de mi mente.
  4. Me voy a reír bien a gusto.
  5. Me apetece darme el capricho.

No sé si cuando termine esta labor «nanowrimera» querré hacerla pública o si preferiré mantenerla privada, pero sé que mantendré las ganas de escribirla hasta que termine el mes.

Por eso, si aún no te has inscrito en el NaNoWriMo, o lo has hecho pero no tienes claro sobre qué escribir, te invito a que consideres esta opción. Puede servirle como regalo a tu niño interior y le darás a esta edición un toque de rebeldía, que nunca viene mal. 

Si esta alternativa no te convence del todo, te planteo otras posibilidades nada desechables:

  1. La biografía de alguien a quien quieres.
  2. La historia de tu familia.
  3. La biografía de un personaje inventado, de un objeto, de un lugar…
  4. Las entradas de un diario personal que dure todo el mes de noviembre.

¿Qué opinas? ¿Se te enciende la bombilla? 

Si ya has empezado el NaNoWriMo, quiero que me cuentes qué tal te ha ido este primer día. ¿Te está gustando la experiencia? ¿Cómo te sientes con respecto a tu historia y a la forma en la que la estás abordando? 

Siéntete libre de dejar tus comentarios debajo de este artículo.

¡Feliz escritura, amante de las palabras! 🙂

CONSEJOS DE ESCRITURA, NANOWRIMO

La brújula del escritor

¡Hola, amante de las palabras!

Como ya te anuncié hace un par de semanas, este año participo en el NaNoWriMo por segunda vez consecutiva. En esta ocasión el proceso va a ser un poco distinto, porque en lugar de dejar que las palabras me lleven a donde quieran he decidido planificar un poco: saber de antemano cuál es el tema de mi historia, cómo se va a desarrollar el argumento, qué personajes van a intervenir, etc. 

Para ello, aparte de coger un cuaderno gigante (me gustan los de tamaño A3 que venden en las tiendas de dibujo) y un bolígrafo, he hecho acopio de paciencia y de otro elemento importantísimo al que yo llamo brújula interna

La brújula interna es una gran amiga en muchos momentos de tu vida. Suele asomar, por ejemplo, cuando visitas un restaurante nuevo y te tienes que leer una carta muy larga. Vas ojeando los platos y tus niveles de apetencia van fluctuando: este plato no está mal, ¡buagh, coliflor!, esto me da alergia, este igual lo pido o ¡este, este, quiero esteeeee! ¡Y si puedo , repito!  Ese es el norte al que tu brújula está apuntando

Lo mismo pasa cuando piensas de qué va a tratar tu historia. Pueden pasar minutos, horas o días sin que ninguna ocurrencia te atrape o te ilusione, pero de pronto hay un momento en el que los astros se alinean y das con una idea que te motiva y que te apetece desarrollar. Suspiras con alivio, porque tu brújula ha dejado de dar vueltas sin ton ni son y ya puedes seguir una dirección concreta. 🙂

Sin embargo, después de celebrar que ya tienes una idea, tienes que plantearte nuevas preguntas: ¿cómo va a ser mi protagonista? ¿qué estructura sigo? ¿y las localizaciones? ¿y el final de la historia?

Es probable que a tu brújula le entre el baile de San Vito y que su coreografía se refleje en un desparrame de círculos, flechas y frases sueltas. ¡Enhorabuena! Es el lastre que tienes que ir soltando hasta dar con el camino a seguir

Si le das tiempo a tu imaginación, verás cómo hallas lo que estás buscando (incluso cuando no sabías que lo buscabas). Y, ¿cómo lo reconoces? Por tus sensaciones: porque te apetece escribir sobre ello, porque te hace sonreír, porque despierta tu curiosidad o porque te resulta original. 

Aún así, cuando pases de la planificación a la escritura propiamente dicha, habrá ocasiones en las que los senderos de tu historia se bifurcan en direcciones inesperadas una vez empiezas a escribirla porque tu brújula interna pide reajustes. Confía en ella y huye del aburrimiento de las vías muertas. Endereza tu vehículo y sigue la nueva ruta, a ver a dónde te conduce. 

Lo importante es fiarte de tu intuición, disfrutar del viaje y no tener prisa. Si sigues estos consejos, te auguro un feliz viaje por el universo de las palabras.

P.D.: La idea de la  brújula interna está inspirada en este genial vídeo de la coach Barbara Sher, en el que habla de la importancia de sintonizar con lo te gusta hacer, con aquello que te hace feliz. Creo que esto se aplica también al proceso de escritura. 😀