CONSEJOS DE ESCRITURA

«Palabritis Aguda» cumple un año :D

¡Hola, amante de las palabras! 🙂

Estoy aquí de vuelta, después de unos días ausente por motivos laborales, para contarte que esta semana «Palabritis Aguda» ha cumplido un año. 

Sí, estamos de aniversario, y en gran parte es gracias a tu apoyo, a tu deseo de escribir y disfrutar con las palabras. 

Desde los comienzos en septiembre de 2014 ha habido propuestas creativas, consejos de escritura, reseñas de libros, de juegos, sugerencias para usar las palabras de mil maneras y un sinfín de ideas más que se me han ido ocurriendo motivada por las ganas de transmitirte mi gusto por la escritura. 

Espero haberlo conseguido, al menos en parte, y no puedo hacer más que agradecerte que hayas acudido a este blog en busca de inspiración. 😀

Por otro lado, también siento curiosidad por saber qué echas en falta en esta página. ¿Qué tipo de artículos te gustaría encontrar? ¿Tal vez más reseñas de libros? ¿Entrevistas a autores? ¿Más actividades participativas? Estoy abierta a las distintas propuestas que se te ocurran. Puedes escribirlas en la sección de comentarios o mandarme un correo electrónico a palabritisaguda@gmail.com. 😉

¡Un fuerte abrazo!

Iraide

CONSEJOS DE ESCRITURA

El pequeño libro de las 500 palabras para parecer más culto (Miguel Sosa)

Una de mis mejores amigas y yo compartimos el mismo amor exacerbado por las palabras viejunas, arcaicas, hilarantes y desopilantes. Por poner un ejemplo, es oír «orondo» y nos da la risa floja.

Por eso, hace poco no dudé en regalarle «El pequeño libro de las 500 palabras para parecer más culto», de Miguel Sosa, que para ser un libro de tamaño reducido tiene un título larguísimo. Seguro que a ti, que al igual que nosotras te solazas en tu palabritis aguda, también te gusta por una de estas razones:

Padeces fetichismo literario: ¿Libros electrónicos? ¿Quién quiere eso, con el gustirrinín que da el tacto del papel? Este libro te pirrará por sus letras plateadas y su encuadernación negra tipo cuero. De todos modos, también puedes hacerte con él en formato e-book

Quieres ir a «Pasapalabra»: Estás viendo el rosco y te sabes más palabras que el concursante de turno, pero siempre se te resiste algún término que no conoce ni su abuela. Don’t worry, be happy: muchos de estos vocablos están aglutinados en ese ejemplar. 

Quieres que tus amigos se rían contigo (o de ti): Si ansías sorprender a tus incondicionales contándoles que te estás curando de tu onicofagia (manía de comerte las uñas) o que vas a llever a tu can al albéitar (oséase, al veterinario) a riesgo de que te llamen friki, cansino o pedante no tienes más que pasar un ratito leyendo esta joya.  

Quieres ver la realidad con nuevos ojos: Desde que sé que la crencha es la raya del pelo o que la distancia del pulgar al índice se denomina «jeme», veo la realidad con lentes de aumento, me fijo en detalles que antes habría soslayado. Y es que las palabras dan relieve a lo que nos rodea. 

Quieres ser cervantino, mendociano o valleinclanesco (ahí es ná): Son ejemplos de autores que han hecho gala de un vocabulario inusitadamente vasto (el Quijote contiene más de veinte mil palabras diferentes) y a ti te gustaría descubrirlos poco a poco. Asunto resuelto, con «El pequeño libro de las 500 palabras para parecer más culto» cada definición va acompañada de la cita de un escritor ilustre y verboso

Quieres pasártelo pipa jugando con las palabras: En mi caso, esta última razón es la más potente. En su día te hablé del juego Sabidurius y de su estupenda dinámica de invitarte a inventar la definición de palabras poco comunes. Con este libro puedes hacer lo mismo: reúne a tu familia o a tus amigos al calor de la chimenea mientras la lluvia repiquetea contra las ventanas (licencia poética) y elige una de las palabras para ver quién construye la definición más rocambolesca. 

Si eres docente, esta actividad puede servirte para fomentar la creatividad de tus alumnos en la clase de lengua castellana a la vez que amplían su vocabulario. 

¿Qué? ¿Con ganas de ojear (y hojear) este libro? Aquí puedes descargarte las primeras páginas. 😉

¡Que lo disfrutes!

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Santa paciencia

Pues sí: la paciencia es la madre de la ciencia (o eso dicen). Yo la he tenido más bien justita hasta hace poco, por lo menos en lo que respecta a la escritura. Tenía la peregrina noción de que los argumentos para un cuento, relato o novela tenían que brotar de mi mano por ciencia infusa porque aún no había descubierto el truquillo de la ceremonia del té

Puede que ahora mires a la pantalla con gesto interrogante y te preguntes a ver si me he vuelto japonesa y me dedico también al origami y al ikebana. Nada más lejos de la realidad, lo mío no es doblar papelitos ni el arreglo floral. Con lo de la ceremonia del té me refiero a la paciencia que se requiere para crear algo bonito y disfrutar del proceso al mismo tiempo.

Siguiendo con el símil, piensa en un té mal preparado: retiras el cazo antes de tiempo, no dejas que las hojas reposen los minutos necesarios porque te lo quieres beber ya… El resultado es un aguachirri que te tomas por no hacerle el feo a tu taza de «Mister Guonderful», y punto pelota.

Sin embargo, un buen té es alegre, te dan ganas de respirar su olor y tus papilas gustativas bailan la conga cuando paladeas su sabor. Lo mismo sucede cuando antes de sentarte a escribir te curras la idea, le das un par de vueltas a ese disparador creativo que has encontrado en internet, barruntas posibles tramas hasta que das con una que te motiva y que tiene un planteamiento, un nudo y un desenlace coherentes. 

Eso es lo que me pasó cuando participé en el reto Story a Day, que invitaba a escribir una historia diaria durante todo el mes de mayo. Me di cuenta sorprendida de que estrujarme la mollera en busca de un argumento no era tan complicado. A menudo me bastaba con 10 minutos e incluso con menos cuando empecé a cogerle el tranquillo.

Y las veces que no era así, solo tenía que esperar a que las ideas maceraran como las hojas de té, como explica este fenomenal artículo de Literautas.

¿Y tú? ¿Has sentido alguna vez la ansiedad de querer resultados rápidos en lo que respecta a la construcción de tus relatos o novelas? ¿Qué has hecho para ponerle remedio? Puedes contarme tu experiencia en la sección de comentarios. 

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Mi proceso de escritura: Antes de la premisa, bombardeo de ideas

En la anterior edición del podcast sobre mi proceso de escritura te explicaba qué era la premisa y cuáles eran sus elementos constituyentes. Además, me refería a ella como el primer paso a dar durante la planificación de una historia.

Hoy vengo a explicarte que hay mucho mundo antes de la premisa, ya que para saber cuál va a ser mi protagonista, dónde se va a desarrollar la historia o cuál es el mayor obstáculo al que ha de enfrentarse, a menudo hay que hacer un bombardeo de ideas caótico y desordenado y extraer de él los elementos que más nos interesen. 

¡Feliz escucha!

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Gestiona tus proyectos de escritura con Freedcamp

Si eres como yo, es probable que no tengas en marcha un único proyecto de escritura. Puede que tengas dos, cuatro, o veinte (bueno, lo de veinte a la vez es para magos que tienen la poción para estar en varios lugares al mismo tiempo).

Seguramente, a veces sientes que no avanzas en todos por igual, o que todos se han quedado estancados, o que has perdido el hilo de alguno de ellos y ahora te cuesta retomarlo porque no tienes apuntado cuál es el siguiente paso.

Freedcamp resuelve todos esos problemas, ¡y de forma gratuita! Es una web que cuenta con una interfaz muy simple a la hora de dividir tus proyectos y sus correspondientes listas de tareas. En la siguiente imagen, puedes ver cómo gestiono mis dos blogs:

Proyectos Freedcamp
Haz clic en la imagen para ampliarla.

Además, puedes poner fechas límite a tus actividades, establecer su grado de prioridad y visualizarlas en el calendario. De esta forma, tendrás más claro cómo compaginar y organizar tus proyectos.

Calendario Freedcamp
Haz clic en la imagen para ampliarla.

Como ejemplo de su utilidad, antes de empezar a usar Freedcamp yo solía redactar los artículos el mismo día que los publicaba, pero gracias a esta web me di cuenta de que contaba con el tiempo suficiente para escribir más a menudo e ir programándolos en el blog para que aparecieran en la fecha deseada.

Por último, pero no menos importante, Freedcamp promueve la interacción. Puedes trabajar con otros usuarios en una lista de tareas compartida, o, gracias a la habilitación de comentarios y al foro, generar cada uno la vuestra y ayudaros mutuamente a avanzar en vuestros respectivos hábitos o propósitos (siempre estimula echar un cable a alguien que está involucrado en una tarea similar).

Para mí ha sido todo un hallazgo por su flexibilidad, por sus funcionalidades y por su mejora continua. Para colmo, ¡es gratis!

Si lo pruebas, no dudes en contarme qué tal la experiencia.

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Mi proceso de escritura: la premisa

En esta segunda entrega del podcast sobre el proceso de escritura que he seguido para desarrollar mi novela infantil, te hablo de mi primer paso, que consistió en la elaboración de la premisa.

Para ello, tuve que dar respuesta a estas 5 preguntas:

  • ¿Quién es mi protagonista?
  • ¿Dónde y cuándo se desarrolla la historia?
  • ¿Cuál es el objetivo de mi personaje principal?
  • ¿Quién o qué se opone a mi protagonista?
  • ¿Qué problemas encontrará mi personaje por el camino?

Si quieres conocer más detalles, no tienes más que darle al play. ¡Feliz escucha!

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¡Marchando un proyecto de novela infantil! :)

¡Hola, palabreros!

Sé que este domingo tocaba propuesta de escritura, pero es que tengo que comunicaros un par de cosillas y no podía resistirme:

  1. A partir de septiembre, actualizaré con bastante frecuencia el canal de podcast de Palabritis Aguda. En él, te hablaré de mis avances en los distintos proyectos de escritura que abordo, de los libros que voy leyendo y de otras curiosidades relativas al mundo de las palabras.

     Cada vez que lo haga lo comunicaré en este  blog, pero si queréis podéis suscribiros de            forma automática aquí

2. ¡¡¡He terminado el borrador de una novela infantil!!! 😀 Aunque ahora me quede la                  tortuosa fase de edición, estoy que no quepo en mí de gozo. Te lo cuento en este primer                podcast de la serie «Proceso de escritura». ¡Que lo disfrutes! 

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P.D.: Te espero el próximo domingo con una nueva propuesta de escritura. 😉

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Cómo he mantenido este blog sin perder la motivación

Si hay algo que me gusta aparte de palabrear, es descubrir la forma de motivarme para realizar esta actividad. Por eso, como te comenté la semana pasada, hoy te quiero contar cómo he logrado escribir semana tras semana en este blog sin desfallecer en el intento. 🙂

La primera diferencia con respecto a otros blogs que he tenido ha sido que he tenido claro sobre qué quería escribir. Para ello, hice una larga lista de posibles títulos de artículos que me sirvieron para decidir qué temas se podían agrupar en torno a las palabras.

Por suerte, comprobé que eran unos cuantos: curiosidades, consejos de escritura, reseñas literarias… La palabritis da mucho de sí y me alegro, porque no me gusta la obligación de tener que ceñirme a un nicho demasiado específico.

Esa lista no me dictaba lo que debía escribir en las semanas sucesivas, pero hacía la función de repositorio de ideas al que acudir en buscar de inspiración. Hoy por hoy la sigo a veces, y otras doy prioridad a ocurrencias más recientes. 

Por otro lado, me apunté a Ironblogger, una comunidad de blogueros en la que te comprometes a escribir un artículo semanal so pena de pagar 5 euros si no lo haces. Eso duele, tanto en el bolsillo como en el orgullo.

El primer mes, la amenaza de la penalización sobrevolaba mi cabeza cada vez que pensaba en posponer la escritura de un post. Gracias a ello, he logrado mantener la regularidad dominical haga sol o llueva (lo que suele ser lo habitual donde vivo). 

Con el paso de los meses, esa rutina autoimpuesta se ha vuelto hábito. Los domingos y Palabritis Aguda son indisolubles. La hora a la que escribo varía según las tareas que tenga que realizar ese día, pero hago lo posible por no dejar la escritura para el final, ya que no tendría tiempo de redactar a gusto y bien. 

Lo de escribir una vez por semana y no más se debe a que no quería comprometerme en exceso para luego no poder cumplir lo acordado. Ahora sí que me atrevo con 2 artículos semanales, pero recomiendo ser prudente y asegurar una continuidad que te resulte asequible antes que decidir escribir a diario sin saber si tendrás tiempo y ganas de hacerlo. 

Otro de mis secretos es mantenerme la curiosidad. Sigo leyendo artículos y libros relacionados con las palabras y la creatividad, y siempre surgen nuevos temas o maneras distintas de abordar los antiguos. Además, escribir aquí me ayuda a ordenar mis conocimientos al tiempo que los comparto con otras personas. Dicen que quien enseña aprende dos veces, y es cierto. 

Por último, procuro que la preparación de cada texto me lleve un máximo de 90 minutos (a veces es algo más, otras veces menos). Así sé que puedo terminarlo en una sola sesión y me cuesta menos ponerme. Si aún así un día veo que estoy sin fuerzas, o poco animada para trabajar frente al ordenador, trato de premiarme cuando termino, o escribo a intervalos cortos con descansos de por medio. 

¿Y tú? ¿Cómo te motivas para escribir en tu blog? ¿Con cuánta periodicidad publicas en él? ¿Lo haces en días concretos, o según va surgiendo

CONSEJOS DE ESCRITURA

La historia de «Palabritis Aguda»

El 21 de septiembre de 2014, «Palabritis Aguda» comenzó su andadura como página web dirigida a los amantes de la escritura con un artículo en el que rendía homenaje a las palabras

Hoy echo la vista atrás y me doy cuenta de que hace casi un año que disfruto cada semana de compartir contigo propuestas creativas, reseñas de juegos, libros y software relacionados con las el tema y consejos para que escribir sea una tarea gratificante.

Pero, ¿qué es lo que me llevó a abrir un blog de este tipo? Lo que motiva a cada persona es distinto, pero tal vez mi experiencia te pueda ser útil si te has embarcado en algún proyecto de largo recorrido. 

La razón principal por la que puse en marcha «Palabritis Aguda» fue la necesidad de organizarme. Me di cuenta de que, de forma natural, pasaba horas en Internet o en las bibliotecas buscando información sobre métodos de escritura, consignas creativas, técnicas para fomentar el hábito de escribir… Era un no parar, sobre todo desde que en 2012 descubrí Literautas, cuyos fundadores mostraban las mismas inquietudes que yo.  😀

El caso es que tenía guardados infinitos enlaces y comprados yo qué sé cuántos libros sobre el tema, pero todos esos datos estaban dispersos en mi ordenador y tenía ganas de darles forma y compartirlos con gente a la que le pudieran servir. Muchas de las ideas que había encontrado pertenecían a autores de habla inglesa, y me parecía una pena que no fueran accesibles al público hispanohablante

Por otro lado, tenía ganas de comunicarme, de poder contarle a alguien mis hallazgos. Ponerlos en palabras es, al fin y al cabo, una forma de repasarlos yo misma, de ver si funcionan y de hacer los ajustes convenientes si no es así.

En conclusión, a día de hoy estoy muy contenta porque «Palabritis Aguda» me ha servido como acicate para seguir descubriendo, para seguir indagando sin sentir que tantos conocimientos son en balde, porque distintas personas me han comentado que los artículos les sirven de inspiración o de ayuda y  porque mi sed de palabras está más que satisfecha

Además, desde que abrí el blog dedico mucho más tiempo a la escritura, ¡así que parece que mis propios consejos me están funcionando! 😛

Y tú, ¿te has involucrado en algún proyecto creativo? ¿Qué fue lo que te motivó a empezar? La semana que viene te contaré la parte más compleja: cómo lograr que los elementos motivadores que te he comentado me ayuden a darle continuidad al proyecto y abordarlo con las mismas ganas que cuando empecé aquel 21 de septiembre de 2014.

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Jugar por jugar

Ayer leí este artículo del artista Danny Gregory, autor de The Creative License, en el que reivindica nuestro derecho a pintar y dibujar como cuando éramos niños, por el puro placer de hacerlo, sin planear con antelación la obra que queremos crear ni anticipar un resultado determinado

Gregory transmite muy bien la sensación de libertad que produce jugar por jugar, como diría Sabina, y la creatividad visceral que se general a partir de ella. ¿Quién no ha disfrutado haciendo garabatos con un pincel, o emborronando el papel con ceras de colores? 

Pues bien, esta falta de expectativas, esta forma de crear libre de toda estructura, también se puede aplicar al ámbito de la escritura.

Para mí, se asemeja a la llegada de las vacaciones escolares cuando era niña. ¡Fuera la mochila, las obligaciones, los horarios! ¡Bienvenido el permiso para experimentar, para empezar el cuaderno por la mitad, para desvariar!

Es la hora del juego: puedes escribir lo que se te antoje. Da igual si es un texto inconexo, la lista de la compra de un extraterrestre, el monólogo de un muñeco de juguete, la oda a una lavadora, un lenguaje inventado, las confesiones a tu diario, la narración de lo que has hecho hoy, una receta mágica, tres deseos al genio de la lámpara, un discurso rimbombante para cuando te den el Nobel de Literatura, un cuento sin acabar, una definición inventada o la gramática de un idioma inexistente. La cuestión es improvisar, dar rienda suelta a tu palabritis y dejar que te lleve donde quiera.

Alphabet

¿Con qué fin? Con el de disfrutar, con el de ser tan feliz como cuando te bañas en la playa, te tomas un helado, lees un libro o pasas una tarde riendo con tus amigos. Con el de recuperar esa sensación infantil de estar en el momento presente, gozando de la textura de las palabras. 

Si buscas una respuesta más pragmática, también te la puedo dar: con el fin de inspirarte, porque, cuando dejas que tu creatividad fluya por los caudales no habituales, asoman ideas y asociaciones que de otra manera podrían haberse quedado pululando por el limbo de la imaginación sin llegar nunca a la superficie. 🙂

¡Feliz escritura!