Hace ya tiempo, cuando estudiaba 2º de Educación Primaria en el colegio, la profesora nos propuso una actividad que me encantó. Consistía en crear una historia con las distintas imágenes que aparecían en una hoja: una flor, un bloque de hielo, un muñeco de nieve, una estrella…
Como el amor por las palabras fluía ya por mi lápiz (por aquel entonces no nos dejaban usar bolígrafo), disfruté como una enana mientras iba enlazando unas ideas con otras. Además, me encantaban las ocurrencias disparatadas, y el hecho de que los dibujos en los que debía basarme fueran tan heterogéneos alentó mi instinto creativo. ¡Qué lástima no saber qué fue de aquello que escribí!

Por suerte, cuando descubrí Story Cubes me di cuenta de que había dado con esa actividad, ¡pero mejorada! Con 9 simples dados, 6 imágenes por dado y las múltiples combinaciones que se pueden realizar entre las mismas, el número de historias por inventar tiende a infinito.
Las imágenes son sencillas y fáciles de identificar, aptas para que los más pequeños disfruten de este juego. Además, la caja que contiene los dados es de tamaño reducido, perfecta para llevarla de excursión o de viaje.
El sistema de juego es bien sencillo. Solo hay que lanzar los dados sobre un superficie lisa e ir creando una historia con las figures resultantes. No censures las alocadas asociaciones de ideas que surjan en tu cabeza, pero intenta que tu historia tenga un planteamiento, un nudo y un desenlace coherentes.
Por otro lado, Story Cubes admite numerosas variantes: cada historia puede ser contada por una sola persona, pero también podéis hacerlo entre varias. Además, puedes realizar la tarea de forma tanto oral como escrita. También puedes establecer de antemano un orden para las imágenes o ir lanzando cada dado a intervalos de tiempo regulares para poner a prueba tu habilidad de improvisación.
Otras posibles ideas para este juego son grabar la historia que vas contando, por si luego puedes usarla como material de escritura, o dibujar las escenas que la componen a modo de historia gráfica. ¡Puede que crees un cómic de lo más imaginativo!
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