TALLER DE ESCRITURA

El juego de los 50 símiles

¡Hola, amante de las palabras!

Seguro que tú también estás hasta el gorro de oír frases de este tipo: «sus ojos eran negros como el carbón», «sus dientes eran blancos como perlas», «era largo como un día sin pan»…

De tan manidas pierden su encanto, ¿verdad? Las comparaciones son odiosas, sobre todo si se repiten como el ajo (otra expresión típica).

Por eso, hoy te propongo crear símiles un poco más originales que los que he mencionado. ¿Te animas?

Para ello, te voy a proponer 10 inicios, y tu misión es encontrar 5 finales… ¡Para cada uno de ellos! Así, lograrás un total de 50 comparaciones.

Es probable que al principio se te ocurran las respuestas más evidentes, pero después tendrás que estrujarte la mollera para dar con aquellas que se salgan del esquema habitual. ¿Qué te parece?

Aquí van mis principios:

  1. «Estaba tan mareado como…» (Sugerencia: «…el agua que se escurre por el desagüe»).
  2. «Estaba tan cansada como…» (Sugerencia: «…la suela de un zapato»)
  3. «Era tan lista como…» (Sugerencia: «…una bolsa biodegradable»)
  4. «Era tan valiente como…» (Sugerencia: «…la primavera en el Ártico»)
  5. «Era tan veloz como…» (Sugerencia: «…el gasto por Navidad»)
  6. «Era tan lento como…» (Sugerencia: «…la digestión del día de Año Nuevo»)
  7. «Era tan sonriente como…» (Sugerencia: «…una rodaja de sandía»)
  8. «Era tan despistada como…» (Sugerencia: «…un semáforo que no funciona»)
  9. «Era tan exigente como…» (Sugerencia: «…una señal de STOP»)
  10. «Era tan sorprendente como…» (Sugerencia: «…un día bisiesto»)

Si quieres, puedes escribir tus ocurrencias en la sección de comentarios.

¡Feliz palabreo! 😀

RESEÑAS

Enigmas absurdos y meditaciones disparatadas

Hoy te propongo traspasar los límites de la realidad y sumergirte en el surrealismo más puro a través de los dos juegos de cartas que dan título a este artículo: Enigmas absurdos y Meditaciones disparatadas, ambos de Edge Entertainment.

Tanto un juego como el otro son una invitación al desarrollo de la creatividad y del sentido del humor, dos cualidades muy importantes para todo escritor que se precie. Además, te permitirán pasar un rato tronchante en compañía de tus amigos o de tu familia. 

Pero… ¿En qué consisten?

Enigmas absurdos te propone explicar el porqué de más de 100 situaciones rocambolescas con la única ayuda de tu imaginación. Cuanto más absurda sea tu explicación, mayor será el disfrute del resto de los participantes, así que deja a un lado la vergüenza y desbarra más que los Monty Python si es necesario. 

enigmas-absurdos

Pueden jugar de 2 a 6 personas y la duración de las partidas es de más o menos media hora. De todos modos, yo creo que también puedes pasar un buen rato inventándote las respuestas a solas y, si es posible, guardándolas para la posteridad en un cuaderno. 

A modo de ejemplo, aquí va uno de los enigmas propuestos: «El canapé estaba agujereado por todos los lados y lo habían dejado en la mesa de la cocina». ¿Se te ocurre algo?

Meditaciones disparatadas, a su vez, rinde homenaje a los proverbios, a las galletas de la fortuna y a las citas cargadas de profundidad, y te ofrece la posibilidad de ser tú quien los cree.

De nuevo priman el humor, el dislate y la posibilidad de construir frases con tanta chispa como «las aventuras amorosas de menor tamaño… comienzan bajo un bonsái» o «quien quiera alcanzar la Luna… que trabaje de noche». El juego incluye más de 312 meditaciones, y sus 55 cartas son también una socorrida baraja de póquer.

meditaciones-disparatadas

En este caso, sí que te recomiendo que apuntes las frases más originales. Te proporcionarán un rato de entretenimiento cuando te aburras, y además siempre puedes usarlas para deleitar a la concurrencia con tu sabiduría inmemorial. 

En resumen, por un precio de 10 € por cada juego te asegurarás veladas llenas de diversión a la vez que tus neuronas de la escritura multiplican sus conexiones. ¿Hace una partida? 😀

RESEÑAS

Story Cubes: una imagen produce más de 1000 palabras

Hace ya tiempo, cuando estudiaba 2º de Educación Primaria en el colegio, la profesora nos propuso una actividad que me encantó. Consistía en crear una historia con las distintas imágenes que aparecían en una hoja: una flor, un bloque de hielo, un muñeco de nieve, una estrella…

Como el amor por las palabras fluía ya por mi lápiz (por aquel entonces no nos dejaban usar bolígrafo), disfruté como una enana mientras iba enlazando unas ideas con otras. Además, me encantaban las ocurrencias disparatadas, y el hecho de que los dibujos en los que debía basarme fueran tan heterogéneos alentó mi instinto creativo. ¡Qué lástima no saber qué fue de aquello que escribí! 

Escribiendo en casa de mis abuelos.
Escribiendo (o dibujando) en casa de mis abuelos.

Por suerte, cuando descubrí Story Cubes me di cuenta de que había dado con esa actividad, ¡pero mejorada! Con 9 simples dados, 6 imágenes por dado y las múltiples combinaciones que se pueden realizar entre las mismas, el número de historias por inventar tiende a infinito. 

Las imágenes son sencillas y fáciles de identificar, aptas para que los más pequeños disfruten de este juego. Además, la caja que contiene los dados es de tamaño reducido, perfecta para llevarla de excursión o de viaje. 

El sistema de juego es bien sencillo. Solo hay que lanzar los dados sobre un superficie lisa e ir creando una historia con las figures resultantes. No censures las alocadas asociaciones de ideas que surjan en tu cabeza, pero intenta que tu historia tenga un planteamiento, un nudo y un desenlace coherentes

Dados Story Cubes

Por otro lado, Story Cubes admite numerosas variantes: cada historia puede ser contada por una sola persona, pero también podéis hacerlo entre varias. Además, puedes realizar la tarea de forma tanto oral como escrita. También puedes establecer de antemano un orden para las imágenes o ir lanzando cada dado a intervalos de tiempo regulares para poner a prueba tu habilidad de improvisación. 

Otras posibles ideas para este juego son grabar la historia que vas contando, por si luego puedes usarla como material de escritura, o dibujar las escenas que la componen a modo de historia gráfica. ¡Puede que crees un cómic de lo más imaginativo!

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