CONSEJOS DE ESCRITURA, NANOWRIMO

La brújula del escritor

¡Hola, amante de las palabras!

Como ya te anuncié hace un par de semanas, este año participo en el NaNoWriMo por segunda vez consecutiva. En esta ocasión el proceso va a ser un poco distinto, porque en lugar de dejar que las palabras me lleven a donde quieran he decidido planificar un poco: saber de antemano cuál es el tema de mi historia, cómo se va a desarrollar el argumento, qué personajes van a intervenir, etc. 

Para ello, aparte de coger un cuaderno gigante (me gustan los de tamaño A3 que venden en las tiendas de dibujo) y un bolígrafo, he hecho acopio de paciencia y de otro elemento importantísimo al que yo llamo brújula interna

La brújula interna es una gran amiga en muchos momentos de tu vida. Suele asomar, por ejemplo, cuando visitas un restaurante nuevo y te tienes que leer una carta muy larga. Vas ojeando los platos y tus niveles de apetencia van fluctuando: este plato no está mal, ¡buagh, coliflor!, esto me da alergia, este igual lo pido o ¡este, este, quiero esteeeee! ¡Y si puedo , repito!  Ese es el norte al que tu brújula está apuntando

Lo mismo pasa cuando piensas de qué va a tratar tu historia. Pueden pasar minutos, horas o días sin que ninguna ocurrencia te atrape o te ilusione, pero de pronto hay un momento en el que los astros se alinean y das con una idea que te motiva y que te apetece desarrollar. Suspiras con alivio, porque tu brújula ha dejado de dar vueltas sin ton ni son y ya puedes seguir una dirección concreta. 🙂

Sin embargo, después de celebrar que ya tienes una idea, tienes que plantearte nuevas preguntas: ¿cómo va a ser mi protagonista? ¿qué estructura sigo? ¿y las localizaciones? ¿y el final de la historia?

Es probable que a tu brújula le entre el baile de San Vito y que su coreografía se refleje en un desparrame de círculos, flechas y frases sueltas. ¡Enhorabuena! Es el lastre que tienes que ir soltando hasta dar con el camino a seguir

Si le das tiempo a tu imaginación, verás cómo hallas lo que estás buscando (incluso cuando no sabías que lo buscabas). Y, ¿cómo lo reconoces? Por tus sensaciones: porque te apetece escribir sobre ello, porque te hace sonreír, porque despierta tu curiosidad o porque te resulta original. 

Aún así, cuando pases de la planificación a la escritura propiamente dicha, habrá ocasiones en las que los senderos de tu historia se bifurcan en direcciones inesperadas una vez empiezas a escribirla porque tu brújula interna pide reajustes. Confía en ella y huye del aburrimiento de las vías muertas. Endereza tu vehículo y sigue la nueva ruta, a ver a dónde te conduce. 

Lo importante es fiarte de tu intuición, disfrutar del viaje y no tener prisa. Si sigues estos consejos, te auguro un feliz viaje por el universo de las palabras.

P.D.: La idea de la  brújula interna está inspirada en este genial vídeo de la coach Barbara Sher, en el que habla de la importancia de sintonizar con lo te gusta hacer, con aquello que te hace feliz. Creo que esto se aplica también al proceso de escritura. 😀

CONSEJOS DE ESCRITURA

Santa paciencia

Pues sí: la paciencia es la madre de la ciencia (o eso dicen). Yo la he tenido más bien justita hasta hace poco, por lo menos en lo que respecta a la escritura. Tenía la peregrina noción de que los argumentos para un cuento, relato o novela tenían que brotar de mi mano por ciencia infusa porque aún no había descubierto el truquillo de la ceremonia del té

Puede que ahora mires a la pantalla con gesto interrogante y te preguntes a ver si me he vuelto japonesa y me dedico también al origami y al ikebana. Nada más lejos de la realidad, lo mío no es doblar papelitos ni el arreglo floral. Con lo de la ceremonia del té me refiero a la paciencia que se requiere para crear algo bonito y disfrutar del proceso al mismo tiempo.

Siguiendo con el símil, piensa en un té mal preparado: retiras el cazo antes de tiempo, no dejas que las hojas reposen los minutos necesarios porque te lo quieres beber ya… El resultado es un aguachirri que te tomas por no hacerle el feo a tu taza de «Mister Guonderful», y punto pelota.

Sin embargo, un buen té es alegre, te dan ganas de respirar su olor y tus papilas gustativas bailan la conga cuando paladeas su sabor. Lo mismo sucede cuando antes de sentarte a escribir te curras la idea, le das un par de vueltas a ese disparador creativo que has encontrado en internet, barruntas posibles tramas hasta que das con una que te motiva y que tiene un planteamiento, un nudo y un desenlace coherentes. 

Eso es lo que me pasó cuando participé en el reto Story a Day, que invitaba a escribir una historia diaria durante todo el mes de mayo. Me di cuenta sorprendida de que estrujarme la mollera en busca de un argumento no era tan complicado. A menudo me bastaba con 10 minutos e incluso con menos cuando empecé a cogerle el tranquillo.

Y las veces que no era así, solo tenía que esperar a que las ideas maceraran como las hojas de té, como explica este fenomenal artículo de Literautas.

¿Y tú? ¿Has sentido alguna vez la ansiedad de querer resultados rápidos en lo que respecta a la construcción de tus relatos o novelas? ¿Qué has hecho para ponerle remedio? Puedes contarme tu experiencia en la sección de comentarios.