CONSEJOS DE ESCRITURA

El pequeño libro de las 500 palabras para parecer más culto (Miguel Sosa)

Una de mis mejores amigas y yo compartimos el mismo amor exacerbado por las palabras viejunas, arcaicas, hilarantes y desopilantes. Por poner un ejemplo, es oír «orondo» y nos da la risa floja.

Por eso, hace poco no dudé en regalarle «El pequeño libro de las 500 palabras para parecer más culto», de Miguel Sosa, que para ser un libro de tamaño reducido tiene un título larguísimo. Seguro que a ti, que al igual que nosotras te solazas en tu palabritis aguda, también te gusta por una de estas razones:

Padeces fetichismo literario: ¿Libros electrónicos? ¿Quién quiere eso, con el gustirrinín que da el tacto del papel? Este libro te pirrará por sus letras plateadas y su encuadernación negra tipo cuero. De todos modos, también puedes hacerte con él en formato e-book

Quieres ir a «Pasapalabra»: Estás viendo el rosco y te sabes más palabras que el concursante de turno, pero siempre se te resiste algún término que no conoce ni su abuela. Don’t worry, be happy: muchos de estos vocablos están aglutinados en ese ejemplar. 

Quieres que tus amigos se rían contigo (o de ti): Si ansías sorprender a tus incondicionales contándoles que te estás curando de tu onicofagia (manía de comerte las uñas) o que vas a llever a tu can al albéitar (oséase, al veterinario) a riesgo de que te llamen friki, cansino o pedante no tienes más que pasar un ratito leyendo esta joya.  

Quieres ver la realidad con nuevos ojos: Desde que sé que la crencha es la raya del pelo o que la distancia del pulgar al índice se denomina «jeme», veo la realidad con lentes de aumento, me fijo en detalles que antes habría soslayado. Y es que las palabras dan relieve a lo que nos rodea. 

Quieres ser cervantino, mendociano o valleinclanesco (ahí es ná): Son ejemplos de autores que han hecho gala de un vocabulario inusitadamente vasto (el Quijote contiene más de veinte mil palabras diferentes) y a ti te gustaría descubrirlos poco a poco. Asunto resuelto, con «El pequeño libro de las 500 palabras para parecer más culto» cada definición va acompañada de la cita de un escritor ilustre y verboso

Quieres pasártelo pipa jugando con las palabras: En mi caso, esta última razón es la más potente. En su día te hablé del juego Sabidurius y de su estupenda dinámica de invitarte a inventar la definición de palabras poco comunes. Con este libro puedes hacer lo mismo: reúne a tu familia o a tus amigos al calor de la chimenea mientras la lluvia repiquetea contra las ventanas (licencia poética) y elige una de las palabras para ver quién construye la definición más rocambolesca. 

Si eres docente, esta actividad puede servirte para fomentar la creatividad de tus alumnos en la clase de lengua castellana a la vez que amplían su vocabulario. 

¿Qué? ¿Con ganas de ojear (y hojear) este libro? Aquí puedes descargarte las primeras páginas. 😉

¡Que lo disfrutes!

RESEÑAS

La ciudad de los libros soñadores

Hoy te quiero hablar de un libro que leí hace bien poco y que, de golpe y porrazo, se ha convertido en uno de mis favoritos. Se trata de La ciudad de los libros soñadores, del escritor alemán Walter Moers, famoso también por sus satíricos cómics.

Son muchas las obras que giran en torno al tema de la literatura: La sombra del viento, Signatura 400, La ladrona de libros o La librería ambulante son muestra de ello. También son numerosos los escritores que, en un ejercicio de autorreferencialidad, reflexionan sobre su profesión. Así, a bote pronto, me vienen a la cabeza Paul Auster en Viajes por el Scriptorium, J. M. Coetzee en Juventud, Carmen Martín Gaite en El cuarto de atrás o Rosa Montero en La loca de la casa.

Sin embargo, nunca había dado con un homenaje a la literatura y al proceso creativo en el que hubiera tal despliegue de imaginación. El primer elemento excéntrico de La ciudad de los libros soñadores es Hildegunst von Mythenmetz, un dragón aspirante a escritor que recibe un importante manuscrito de manos de su padrino literario poco antes de que este exhale su último suspiro.

La ciudad de los libros soñadores

Dicho documento conduce a nuestro protagonista a Bibliópolis, ciudad que, como ya habrás intuido, gira en torno a la literatura. Allí se lee, se recita, se compran y se venden escritos, se buscan mecenas y se veneran las librerías de viejo. También es el lugar donde Hildegunst von Mythenmetz es engañado y conducido a las Catacumbas, la cara oculta de la ciudad.

En esa inmensa construcción subterránea desaparece todo atisbo de civilización. Los monstruos campan a sus anchas, los taimados cazadores de libros arriesgan su vida por encontrar obras codiciadas en Bibliópolis y los libros tienen la capacidad de envenenar y de matar. Además, en lo más profundo de dicho submundo habita el Rey de las Sombras, una presencia a la que todos temen.

A lo largo de las páginas de La ciudad de los libros soñadores, presenciarás cómo von Mythenmetz se adentra más y más en las Catacumbas al tiempo que se enfrenta a peligros de todo tipo. Esta bajada a los abismos es una metáfora de la búsqueda de la voz literaria del protagonista, que antes de agarrar la pluma y verter sus palabras en el papel ha de nutrirse de literatura, empaparse de la imaginación de los grandes autores y atesorar experiencias vitales. Se trata, pues, de un rito iniciático que todo artista novel ha de llevar a cabo.

Como puedes ver, esta novela tiene diferentes niveles de lectura, y por ello resulta apta tanto para los más jóvenes (a partir de 11-12 años), que disfrutarán con las peripecias de Hildegunst von Mythenmetz, como para los adultos, que desearán ponerse a inventar sus propias historias. Así que, si disfrutas por igual de la lectura y de la escritura, te invito a visitar la ciudad de los libros soñadores. ¡No te arrepentirás! 🙂